TOYAMA Gokayama Rastros de un mundo desaparecido en un rincón de Toyama

Adéntrate en un rincón de historia inexplorada viajando a Gokayama, declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO.

A Gokayama se puede llegar con una combinación de trenes y autobuses.

Si ya estás en Toyama , las estaciones de Takaoka y Shin-Takaoka son las principales de la zona. Desde la estación de Shin-Takaoka, toma el autobús del Patrimonio Mundial, que te llevará directamente hasta Gokayama en una hora. Desde la estación de Takaoka, toma la línea de tren de Johama hasta la estación de Johana (50 minutos) y un autobús hasta Gokayama (25 minutos).

Goyakama y sus bien conservadas casas de estilo gassho-zukuri rebosan encanto y sencillez. En verano, son un relajante refugio en un entorno natural exuberante frente al enorme bullicio de la ciudad, mientras que, en invierno, los tejados nevados crearán escenas de belleza rural.

Ainokura y Suganuma son los nombres modernos de las históricas ciudades de Taira y Kamitaira. Sus famosos edificios con forma de «manos en oración», llamados así porque la forma de sus tejados de paja se asemeja a la de las manos unidas en oración, tienen edades diferentes, que van desde los cien hasta los cuatrocientos años.

En la actualidad, solo se pueden ver aldeas de estilo gassho en Toyama y la vecina prefectura de Gifu, donde se encuentra Shirakawa-go , declarada también Patrimonio Mundial de la UNESCO. Ainokura y Suganuma te ofrecen una rara y valiosa oportunidad de vivir otro aspecto de la cultura japonesa.

El atractivo de Gokayama reside, especialmente, en su perfecta armonía entre naturaleza y cultura. A diferencia de muchos otros sitios de Japón declarados Patrimonio Mundial por la UNESCO, en este lugar, los edificios tradicionales no se ven obligados a competir con modernos entornos urbanos. Por el contrario, su entorno rural se conserva en perfecta armonía con la naturaleza y las estructuras de paja que casi parecen haber brotado de la tierra.

El entorno te transporta a épocas más sencillas, conservadas en los robustos edificios y los tranquilos paseos de Gokayama, que casi solo existen ya en la memoria cultural de Japón.

Para poder apreciar el valor de un gassho-zukuri hay que ir más allá de su aspecto externo. Algunas de las casas gassho-zukuri se han convertido en pintorescos establecimientos de comida y alojamiento, algo que refleja su histórica función de viviendas minka tradicionales. Piensa en pasar una noche en Gokayama para sumergirte en el encanto de tiempos remotos.

Solo paseando por sus calles tendrás la sensación de estar explorando un museo al aire libre, pero al alojarte en una minka tradicional y degustar las delicias locales entre sus paredes, disfrutarás aún más de la experiencia de otras épocas.

Decidas o no hospedarte en una casa gassho-zukuri, tendrás la oportunidad de ver el interior de una de ellas en la sala de exposiciones. Desde el interior, las estructuras gassho-zukuri revelan toda una gama de inteligentes sutilezas, como los desvanes abiertos que una vez se utilizaron para criar gusanos de seda. Y, más que eso, sus añejos interiores de madera ofrecen una sensación acogedora que se vive mejor de primera mano.