TOCHIGI Nikko El lugar donde se funden una extraordinaria arquitectura, una vasta historia y naturaleza virgen

El precioso entorno de Nikko y las montañas sagradas ha sido el telón de fondo de la adoración sintoísta y budista desde al menos el siglo VIII. Sus santuarios y templos más famosos, considerados unos de los de mayor esplendor de todo Japón, están declarados Patrimonio Mundial por la UNESCO. El parque nacional circundante es un lugar que visitan excursionistas de todos los niveles.

Se puede llegar fácilmente a la estación de Tobu-Nikko desde las estaciones de Asakusa y Shinjuku de Tokio en unas 2 horas.

Los viajeros pueden llegar a Nikko desde la prefectura de Gunma en autobuses que parten desde Oze, desde mediados de primavera hasta mediados de otoño.

El Patrimonio Mundial de los santuarios y templos de Nikko está formado por 103 estructuras repartidas en tres complejos. Se puede ir fácilmente andando de uno a otro, por lo que pasarás un día inolvidable admirando algunas de las obras arquitectónicas religiosas con más oro de Japón.

Uno de los más impresionantes y visitados, merecidamente, es el complejo del santuario Toshogu . Toshogu es el mausoleo de Tokugawa Ieyasu, el fundador del poderoso shogunato de Tokugawa, que gobernó Japón desde 1603 hasta 1867. Este santuario, lujoso, colorido y tallado minuciosamente, contrasta con gran parte de las estructuras religiosas, más austeras, de Japón.

Tómate tu tiempo para observar detenidamente la pagoda de cinco pisos, los coloridos almacenes y la deslumbrante puerta tallada Yomeimon, profusamente decorada. Camina hasta el cementerio del santuario interior para contemplar las hermosas vistas del complejo de santuarios de Toshogu. No te pierdas el Museo del Tesoro de Toshogu en la entrada del complejo, donde puede verse una animación sobre la vida de Tokugawa Ieyasu.

Tómate tu tiempo para observar detenidamente la pagoda de cinco pisos, los coloridos almacenes y la deslumbrante puerta tallada Yomeimon, profusamente decorada. Camina hasta el cementerio del santuario interior para contemplar las hermosas vistas del complejo de santuarios de Toshogu. No te pierdas el Museo del Tesoro de Toshogu en la entrada del complejo, donde puede verse una animación sobre la vida de Tokugawa Ieyasu.

El santuario Futarasan-jinja del siglo VIII está dedicado al culto de las tres montañas sagradas de Nikko. Puedes pasear por el impresionante recinto principal de forma gratuita y ver el jardín interior con árboles centenarios por un módico precio. El santuario Futarasan-jinja tiene otros dos santuarios hermanos, uno en el cercano lago Chuzenji y otro en la cima del monte Nantai, el cual pueden visitar en los meses más cálidos los excursionistas más avezados.

En el templo Rinnoji , también fundado en el siglo VIII, hay tres majestuosas imágenes de Buda que, según se afirma, representan las tres montañas sagradas de Nikko. Constituyen un buen ejemplo de la época en la que existía una fuerte vinculación entre los elementos del budismo y el sintoísmo. Su jardín es un lugar muy visitado para disfrutar de un colorido paisaje otoñal.

Aunque no forma parte del complejo del Patrimonio Mundial, el templo Taiyuinbyo es otra visita obligada en Nikko. Maravillosamente decorado, tiene una mezcla de elementos sintoístas y budistas. Es el mausoleo del nieto de Tokugawa Ieyasu, el shogun Tokugawa Iemitsu, que, en 1636, transformó el santuario Toshogu original, de menor tamaño, en la fantástica obra maestra declarada Patrimonio Mundial que puede visitarse hoy en día.

El puente Shinkyo forma parte del santuario Futarasan-jinja , declarado Patrimonio Mundial.

Cuenta la leyenda que, cuando el primer sacerdote intentó ascender al monte Nantai, el río Daiya se interpuso en su camino. Así que rezó para poder cruzarlo de forma segura y el dios del río creó un puente formado por serpientes gigantes. Durante mucho tiempo solo podían cruzarlo los fieles del santuario Futarasan-jinja y la corte imperial. Actualmente se considera que constituye la entrada a los santuarios y templos principales de Nikko.

El parque nacional de Nikko alberga una antigua tradición de adoración a las montañas. La zona está dominada por los tres picos sagrados del monte Nantai, el monte Nyoho y el monte Taro, conocidos de forma conjunta como Nikko Sanzan, cuyo lado místico podrás sentir al recorrerlos a pie.

El monte Nantai es uno de los picos más altos de Nikko, con una elevación de 2486 metros sobre el lago Chuzenji , al tiempo que es también uno de los más venerados y escalados de la zona. El empinado sendero que conduce a la cima parte del santuario Futarasan-jinja situado a las faldas de la montaña. Se trata de un templo secundario del santuario Patrimonio Mundial del mismo nombre. Para poder ascender a la cumbre, hay que pagar un módico precio. Cuando llegues a la cima, puedes contemplar la vista del lago Chuzenji y sentirte orgulloso por haber llegado a Okusha, la estructura más remota del santuario Futarasan.

Sea cual sea la ruta elegida, ponte botas y lleva provisiones, ya que necesitarás una jornada completa para ir y volver de cualquiera de las cumbres, además de ganas de aventura y cierta forma física.

Se pueden hacer recorridos más sencillos alrededor del lago Chuzenji. Pueden realizarse interesantes excursiones por todo Nikko, que se adaptan a todos los niveles y formas físicas. Pregunta en el centro de información turística de Nikko para encontrar la que te resulte más adecuada.

No te pierdas la villa imperial Tamozawa, parte de la cual se remonta a 1632.

Se puede llegar fácilmente en autobús al lago Chuzenji y su zona onsen desde la ciudad. No puedes perderte las cascadas de Kegon-no-Taki, consideradas de forma generalizada unas de las más espectaculares de Japón.

A finales de marzo y principios de abril, en la antigua ruta de Nikko Kaido que une Utsunomiya y Nikko, florecen los cerezos que bordean el camino formando un corredor de 16 kilómetros. Podrás contemplar este paisaje si haces un viaje en autobús entre las dos ciudades. También puedes alquilar un coche para hacer paradas y sacar fotos cuando desees.

Mientras estés en la ciudad, no pierdas la oportunidad de comer yuba, una especialidad de Nikko. La yuba es un producto de soja presente en la cocina budista desde hace siglos. Los lugareños lo ponen en casi todo, como el ramen, el sushi, las galletas de arroz y los famosos dulces manju yuba de Nikko.