Un ritual centenario y una montaña en llamas
Cada año, el cuarto sábado del mes de enero, se enciende una serie de fuegos controlados en las laderas del monte Wakakusa, en el parque de Nara. Las llamas son tan grandes y luminosas que se pueden avistar desde los alrededores de la ciudad y desde lugares tan distantes como el Palacio Heijo .
Estos fuegos controlados y cuidadosamente orquestados se conocen como Yamayaki —la montaña ardiente—, y forman parte de un festival que lleva celebrándose en Nara desde hace siglos y en el que están involucrados diferentes templos y santuarios.
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- El concurso de lanzamiento de tortas de arroz gigantes que tiene lugar a mediodía
- Los fuegos artificiales que preceden a la quema
- Las llamas, visibles desde los alrededores de la ciudad
Cómo llegar
Aunque la zona está un poco alejada de las principales estaciones de tren de Nara, se puede llegar fácilmente al monte Wakakusa viajando en autobús y dando un paseo.
Está a unos 25 minutos a pie de la estación de Kintetsu Nara y a unos 40 minutos de la estación JR de Nara.
Música tradicional durante la tarde noche
La procesión principal del festival comienza a las 17:00 y reúne tanto a yamabushi vestidos en trajes de época —algunos haciendo sonar sus caracolas— como a músicos interpretando música tradicional cortesana. El santuario Kasuga Taisha , el templo Kofukuji y el templo Todaiji acogen las ceremonias asociadas con este evento.
Toma de las antorchas
El festival comienza en el santuario de Kasuga Taisha , donde una serie de líderes espirituales toman las antorchas. Las encienden con fuego sagrado cerca del puente de Mizuya, y celebran ceremonias en el santuario Nogami, al pie de la montaña, antes de subir la ladera para encender la gigantesca hoguera preparada para el festival. Justo después del anochecer, un despliegue de fuegos artificiales cubre el cielo.
Aunque el punto álgido del festival es el espectáculo que ofrecen los portadores de las antorchas, vestidos con sotanas blancas, mientras se dirigen hacia lo alto de la montaña y el fuego comienza a esparcirse lentamente a través de las verdes laderas.
Una vez finalizada la quema, los bomberos y los funcionarios municipales ayudan a extinguir las llamas.
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