Atami Onsen 熱海温泉

Las aguas de Atami han sido un gran atractivo desde el período Nara (710-794). El shogun Tokugawa Ieyasu (1543-1616) estaba tan enamorado de sus propiedades curativas que intentó recrear el onsen en Edo, la actual ciudad de Tokio. A día de hoy, los múltiples onsen de Atami —porque hay más de uno— también atraen a personajes famosos y adinerados.

Se puede acceder a la estación de Atami en el tren bala Tokaido, las líneas regulares Tokaido e Ido y en un buen número de autobuses.

Desde Tokio, puedes tomar el tren bala Kodama Tokaido, el tren rápido limitado Odoriko, los trenes regulares Tokaido o ir en autobús. El tren bala shinkansen es la opción más rápida, con un trayecto de unos 50 minutos. El autobús es mucho más barato, pero tardarás 2 horas y media o incluso 3 dependiendo del tráfico.

La temperatura elevada del agua y su alto contenido en sales le otorgan excelentes propiedades de aislamiento termal, que ayudan a aliviar la neuralgia y la sensibilidad excesiva al frío. También ayuda a reafirmar la piel y tonificar el cuerpo.

Cerca de la estación de Atami hay varios baños al aire libre e interiores. También puedes alquilar alguno de los baños privados. Incluso hay un pediluvio llamado Ieyasu no Yu frente a la estación de Atami, que recibe su nombre en honor al famoso shogun.

Onsen manju es un tipo de dumpling dulce y uno de los primeros regalos en los que pensarás si quieres llevarte algo dulce de Atami. El ingrediente principal es una pasta dulce de judías. Podrás elegir entre una gran variedad, con piel de naranja ácida, harina de cebada, boniatos japoneses, azúcar moreno, té o incluso hojas de perilla.

Visita el Castillo Atami y disfruta de vistas espectaculares de la localidad y del océano Pacífico, pon a prueba tus conocimientos de arte en el Museo de Arte MOA , y pasea por el Bosque Akao, con sus 12 jardines temáticos. En este último se imparten talleres de manualidades, donde podrás elaborar objetos con temática floral. El Museo de Arte MOA cuenta con algunas obras de arte fantásticas y goza de una bonita ubicación en la cima de una colina con vistas del océano.

El Castillo Atami se construyó en 1959 como reclamo turístico. Desde la zona del onsen principal, al pie de la montaña, lo más sencillo es subir con el teleférico. En el interior se esconde un museo que cuenta la historia de múltiples castillos japoneses. Sobre todo no te pierdas las impresionantes vistas desde el castillo.