Isla de los gatos (Tashirojima) 田代島

La isla de los gatos, aunque no es tan famosa como otros destinos de animales de visita obligada en Japón como el pueblo de los zorros de Zao o las manadas de ciervos que vagan libres en el parque de Nara , es ideal para los amantes de los gatos. Además de conocer a los gatos que viven allí, en la isla hay rutas sencillas de senderismo y ofrece unas vistas increíbles al océano azul cobalto.

Desde la estación de Sendai hasta la de Ishinomaki, puedes ir en la línea Sendai Tohoku (que tarda aproximadamente una hora), o bien tomar un autobús regional (que tarda unos 80 minutos).

Desde la estación de Ishinomaki, puedes tomar un taxi que solo tarda 5 minutos en llegar, o puedes dar un paseo de 15 minutos hasta la terminal de ferri de Ajishima Line. Todos los días salen tres, y cada trayecto dura de 45 a 60 minutos.

Históricamente, la isla era un centro de producción de gusanos de seda. Se cuidaba de los gatos para que protegieran los capullos de las ratas. La gente de la isla cuidaba a los gatos semisalvajes y los pescadores les daban las sobras de su captura diaria. Desde el principio, siempre ha existido una regla crucial en la isla: los perros están prohibidos.

A medida que la población humana de la isla disminuía lentamente con los años, los gatos bien cuidados se multiplicaban. Con tantos felinos, la isla se ha convertido en una famosa atracción turística.

El ferri hace dos paradas en la isla. Para ver a los gatos nada más llegar, sáltate el pequeño asentamiento alrededor del puerto de Odomori y dirígete directamente al pueblo más grande del sur en el puerto de Nitoda.

Aquí los gatos están al mando y hacen lo que quieren. Fotografía a los gatos pavoneándose por las calles, descansando en cualquier lado o a lo suyo ignorándote por completo. Si ya te has hartado de felinos, haz una ruta corta de senderismo.

Ve de peregrinación al santuario de los gatos. El santuario, en medio del bosque adyacente, se construyó para honrar a un gato que murió aplastado por una roca. Durante mucho tiempo, los vecinos de la isla han creído que los gatos les dan suerte. Reza aquí para llevarte a casa un poco de buena suerte.

La Isla del Manga es una zona en el extremo opuesto del pueblo de Nitoda, con varios alojamientos artísticos inspirados en gatos. Para alojarse, hay que reservar con antelación pero cualquiera puede visitar la divertida arquitectura del campin. También puedes pasar la noche en uno de los minshuku, alojamientos al estilo casa de huéspedes cerca del puerto.

Da un reconfortante paseo por la colina y por el bosque por los senderos que atraviesan la isla entre los dos pueblos. Relájate en la costa para disfrutar de unas vistas increíbles del océano antes de despedirte de tus amigos felinos.

Comprueba los horarios de salida y recogida del ferri para asegurarte de que llegas a tiempo y no te quedas varado en la isla.

Hay pocas instalaciones turísticas que ofrecen comida, bebida o baños públicos. Compra lo que necesites en la ciudad de Ishinomaki y no te olvides de llevarte toda la basura a casa.