Estanque de Kaminoko 神の子池

A orillas del lago Mashu , no muy lejos de la ciudad de Kiyosato, al este de Hokkaido, se encuentra el llamado estanque de Kaminoko, un extraño fenómeno natural anclado en lo más profundo de una zona forestal en cuyas aguas, cristalinas pero a su vez de un intenso color azul, yacen hundidos múltiples árboles caídos.

Al estanque de Kaminoko, solo accesible en coche, se tarda en llegar 50 minutos desde el aeropuerto de Nakashibetsu y 1 hora desde el de Memanbetsu.

Si viajas desde la ciudad de Kiyosato, deberás conducir durante 25 kilómetros en dirección sur hacia el lago Mashu/Nakashibetsu. Desde Yoroushi Onsen, pon rumbo al norte y conduce durante 23 kilómetros hasta Kiyosato/Shari.

Si viajas desde el sur, recuerda que los últimos 2 kilómetros del trayecto se hacen a través de una carretera forestal sin asfaltar y llena de baches; además, en invierno, a causa de las nevadas, es posible que el acceso esté restringido en algunos puntos.

El estanque de Kaminoko debe su nombre, que significa literalmente «hijo de los dioses», a una leyenda de la mitología Ainu según la cual sus aguas procedían del vecino lago Mashu , considerado como el lago de los dioses.

Además, el estanque de Kaminoko tiene algo de misterioso: sus aguas cristalinas crean un efecto óptico que hace que el estanque parezca, a simple vista, mucho menos profundo de lo que es. Esto se debe a los sedimentos de ceniza blanca volcánica que se han ido depositando en el fondo, que reflejan la luz azul solar en la misma dirección de la que procede, haciendo que el agua adquiera ese intenso color.

Pasea tranquilamente alrededor del estanque para apreciar plenamente la sutileza de su belleza y de sus cambios cromáticos, ya que el intenso reflejo de los rayos solares hace que las aguas adquieran un color azul turquesa y verde esmeralda.

En invierno, la tenue luz solar hace que el estanque adquiera un tono añil que contrasta a la perfección con el blanco impoluto del fondo nevado. En sus aguas habita la trucha Dolly Varden, cuyas motas rojas resplandecen al deslizarse entre los árboles sumergidos. El lago es un lugar especialmente fotogénico, así que asegúrate de tener la cámara siempre a mano.

No te pierdas la oportunidad de ver los salmones saltando contra corriente en las cascadas de Sakura entre finales de junio y finales de agosto. El Observatorio de Uramashu, mucho más tranquilo que el turístico lado oeste, ofrece unas vistas excelentes del lago Mashu . Por último, disfruta de un merecido descanso y un momento de relax bañándote en las cálidas aguas termales del famoso Yoroushi Onsen, a tan solo 23 kilómetros de distancia.