Un paisaje pastoril y las mayores cavernas de piedra caliza de Japón
La meseta de Akiyoshidai, cerca de la ciudad de Mine, en la prefectura de Yamaguchi , no tiene nada que ver con ningún otro destino de Japón. Hace unos 300 millones de años, Akiyoshidai estaba bajo el océano, donde existía un arrecife de coral. Durante un largo periodo de tiempo, la zona fue empujada hacia la tierra. El agua de las lluvias fue erosionando la tierra, creando impresionantes formaciones de piedra caliza y estalactitas.
Sin embargo, antes de explorar los sinuosos senderos que atraviesan esta rocosa meseta de praderas, debes visitar primero las cavernas de subterráneas de Akiyoshido, el sistema de cuevas más extenso de Japón.
No te pierdas
- Las piscinas y la terraza de piedra caliza de Akiyoshido
- El «pilar de oro», una enorme estalactita
- Las vistas de Akiyoshidai y el paisaje kárstico
Cómo llegar
A Akiyoshido y Akiyoshidai se puede llegar a través de una amplia red de autobuses desde Yamaguchi y otras ciudades de la prefectura.
Los autobuses Bocho van desde la estación de Shin-Yamaguchi hasta la de Akiyoshido. También puedes tomar un autobús Chugoyu del JR desde la estación de JR Yamaguchi hasta la de Akiyoshido. Salen dos autobuses Bocho hacia Akiyoshidai y, después, a Akiyoshido, desde la estación de Higashi-Hagi.
Las cavernas de Akiyoshido
Pasea entre los árboles y cruza el puente que conduce a la cueva conocida como Akiyoshido.
La cueva tiene un tamaño considerable y la pasarela está en buen estado. La suave iluminación protege el ambiente de este increíble lugar y genera grandes efectos al iluminar las impresionantes piscinas de piedra caliza, estalactitas y estalagmitas. El agua que corre a través de la cueva convierte también a esta en una experiencia aural, a medida que esculpe formas cada vez más fantásticas en la piedra caliza.
Platos y pilares de oro
Estas son las cuevas más grandes de Japón, con un total de unos 11 kilómetros de longitud, aunque tan solo uno está abierto al público.
Hay dos lugares muy famosos en el interior de la caverna. El primero se conoce como los «100 platos» y es una enorme terraza de piedra caliza que parece una enorme pila de platos, lavados y listos para servir a los clientes. El otro es una gigantesca estalactita de más de 15 metros de alto y 4 de diámetro, llamada el «pilar de oro».
Por otros 300 yenes, puedes recorrer el sendero especial que conduce a otro punto más alto y disfrutar de unas fantásticas vistas de la caverna.
La topografía kárstica surrealista de Akiyoshidai
Un ascensor situado en el interior de la cueva te llevará hasta Akiyoshidai. El observatorio de Akiyoshidai está a 5 minutos a pie de la salida caminando por un trayecto cuesta arriba. Al salir a la pradera, descubrirás una impresionante vista del karst.
En su momento, aquí se cultivaba hierba de la pampa para utilizarse como paja, además de otros usos. La quema anual controlada de la Meseta de Akiyoshi impide el crecimiento de grandes árboles en la zona. Explora este extraordinario paisaje a pie, a través de una red de senderos. El contraste de colores —verde vivo, blanco rocoso y azul celeste— es espectacular.
Prender fuego para renovar las praderas
El paisaje de Akiyoshidai cambia con las estaciones y, una vez al año, son las personas quienes cambian el paisaje.
El tercer domingo de febrero, se realiza una quema controlada en Akiyoshidai para conservar las praderas, en un evento conocido como Akiyoshidai-yaki, en el que un grupo de residentes locales y voluntarios prenden fuego a los matojos y, al extenderse, las llamas tornan los campos de negro y revelan las formaciones rocosas.
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