Tokio 2020: el nuevo Estadio Nacional
El nuevo Estadio Nacional es la pieza central de las instalaciones olímpicas y paralímpicas de Tokio. El carácter distintivo de su diseño y estructura de celosías de madera combina técnicas arquitectónicas tradicionales y vanguardistas del país e incluye casi 200 metros cúbicos de pino ryukyu y madera de cedro procedentes, a modo de simbolismo, de las 47 prefecturas de Japón.
El estadio, que cuenta con 68 000 asientos y se encuentra a tiro de piedra de los jardines exteriores del santuario Meiji-jingu y cerca de los rascacielos de Shinjuku, acogerá las ceremonias de inauguración y clausura de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos que se celebrarán durante el verano de 2021, así como las pruebas de atletismo y numerosos partidos de fútbol.
El proyecto del estadio tuvo un coste de 157 mil millones de yenes (algo menos de 1250 millones de euros) y fue una empresa conjunta del renombrado arquitecto Kengo Kuma, Taisei Corporation y Azusa Sekkei.
No te pierdas
- La fluidez de las líneas de madera y acero
- La bella estructura inspirada en una pagoda
- Las vistas sin obstáculos desde todos los asientos y los asientos inclinados
Cómo llegar
El estadio se encuentra a un minuto a pie de la estación de Kokuritsu-Kyogijo, en la línea de metro Toei-Oedo; a cinco minutos a pie de la estación de Sendagaya, en la línea terrestre Chuo-Sobu — operada por East Japan Railway Co—; y a 15 minutos a pie de la estación de Gaienmae, en la línea de metro Ginza.
Un diseño para el siglo XXI
El bello estadio fue construido pensando tanto en la funcionalidad como el estilo; el proyecto brindaba a Japón la oportunidad de mostrar su avanzada tecnología y su destreza con el diseño. Los elementos de madera le dan al estadio una estética muy distintiva y de un marcado estilo característico de Kengo Kuma, quien diseñó los tres pisos con una pronunciada inclinación para que la emoción del campo —o la pista, en su caso— pueda sentirse incluso en los asientos más altos.
Lo que es más importante, Kuma ha abordado las preocupaciones sobre las altas temperaturas que se alcanzan en Tokio durante el verano mediante la creación de una estructura diseñada de tal forma que favorece el flujo del aire, ya que en ella se han integrado varias capas de socarrenes que recuerdan a los de las pagodas tradicionales japonesas para «atrapar» el aire y redirigirlo por todo el estadio, de manera que se pueda controlar la temperatura y la humedad, y garantizar el bienestar tanto de los espectadores como de los atletas. Por último, este diseño incluye la incorporación de plantas en la confluencia de los diferentes niveles escalonados, lo que ha hecho que haya sido fruto de elogio por su inteligente uso de la vegetación.
El Estadio Nacional original
El estadio se ha construido en el emplazamiento del anterior Estadio Nacional, en el que se desarrollaron los Juegos Olímpicos de Verano de 1964, los primeros Juegos Olímpicos jamás celebrados en Asia y emitidos, a nivel mundial, en color (aunque parcialmente). Estos Juegos tenían un profundo simbolismo para Japón, ya que suponían la reconstrucción de la nación tras la devastación producida por la Segunda Guerra Mundial y su reintegración en la comunidad internacional. El emperador Hirohito fue el encargado de dar el pistoletazo de salida oficial al evento de 14 días de duración.
El estadio albergó los Juegos Asiáticos, Campeonatos del Mundo de Atletismo, partidos de fútbol y rugby tanto nacionales como internacionales y un concierto de Los Tres Tenores en 1996.
Pero a pesar de su rico legado, el estadio no podía utilizarse para las Olimpiadas de 2020, ya que su aforo era de menos de 60 000 personas, el techo no cubría a la mayoría de los espectadores y el edificio presentaba signos de desgaste general. Estas fueron las razones que llevaron al gobierno nipón a demoler la estructura y construir un recinto de última generación a la altura de una ciudad entonces aspirante para convertirse en la sede de los Juegos de 2020.
Superación de los problemas
En noviembre de 2012, el gobierno japonés anunció que el arquitecto británico-iraquí Zaha Hadid había ganado la licitación para el diseño del nuevo estadio con un concepto de auténtico estilo espacial, un plan que terminó cancelándose debido a las preocupaciones por sus costes y estética. El arquitecto japonés Kengo Kuma fue el encargado de tomar el relevo junto con las constructoras Taisei Corporation y Azusa Sekkei.
Unas instalaciones para hoy y para mañana
Este estadio de 68 000 asientos será el lugar por el que desfilarán atletas de 151 naciones durante la ceremonia de inauguración para dar inicio a la tan esperada fiesta olímpica. Las pruebas eliminatorias deportivas constituirán muchos de los eventos iniciales hasta llegar al momento cumbre del calendario de atletismo: la final masculina de 100 metros. Después de la ceremonia de clausura, los organizadores dispondrán de un plazo de 16 días para preparar el estadio para la celebración de los Juegos Paralímpicos, en los que competirán aproximadamente 4400 atletas en 22 disciplinas deportivas distintas.
Una vez concluidos los Juegos, el estadio se utilizará para celebrar partidos de fútbol y rugby de las selecciones nacionales de Japón, así como finales de copas nacionales. El estadio es el centro de las futuras postulaciones de Tokio para otros importantes torneos deportivos regionales, como los Juegos Asiáticos o el Campeonato Asiático de Atletismo. El gobierno también ha confirmado que se utilizará para celebrar eventos culturales.
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