Observa el horizonte a lo lejos y el infierno a tus pies
Si te gustan las emociones fuertes, no olvides visitar el monte Nokogiri y asomarte al infierno. El Mirador al Infierno , en la cima de la montaña, cuelga sobre el borde y ofrece unas vistas impresionante de la bahía de Tokio, el océano Pacífico y los bosques distantes y el campo montañoso de la península de Boso.
No te pierdas
- Escalar al Mirador al Infierno, uno de los más altos de Chiba
- Las impresionantes vistas de Tokio, el océano Pacífico y la península de Boso
- El templo Nihonji, uno de los más antiguos de Japón y hogar de una de las estatuas de Buda más grandes del país
Cómo llegar
El Mirador al Infierno está en la cima del monte Nokogiri, a 90 minutos de Tokio en tren o autobús.
Hay un tren rápido de las líneas JR que va desde la estación de Tokio hasta la de Hama-Kanaya, y también puedes llegar a la estación de Hama-Kanaya en tren local de la línea Uchibo. Además, hay autobuses desde las estaciones de Shinjuku y de Tokio hasta las cercanías de Kisarazu.
Hacia el abismo
El monte Nokogiri es una montaña relativamente baja y no es difícil subirlo, pero en la cima te quedarás sin aliento.
El punto de observación más alto se llama Jigoku Nozoki, que en japonés quiere decir «asomarse al infierno». Lo más probable es que su sugerente nombre proceda de los escalofríos y la sensación de mareo que surgen al mirar el paisaje que se extiende hacia el horizonte, cuando te das cuenta de que lo único que hay entre ti y el suelo del cañón es una fina barandilla de metal.
Vistas impresionantes de Tokio y Chiba
El mirador está sobre una roca que sobresale en la cima de la montaña. Una vez superados los temblores iniciales, descubrirás que es una de las vistas más impresionantes que jamás hayas visto. En días despejados se puede ver hasta el Tokyo Skytree. Es un lugar perfecto para los fotógrafos.
Exploración del templo Nihonji
Bajar de la montaña es otra aventura. Busca el templo Nihonji, un complejo de 1300 años de antigüedad con una estatua gigante de Buda tallada en granito de la ladera de la montaña.
En los jardines del templo abundan las palmeras y otras plantas, y el parque está salpicado de cientos de estatuas de varias deidades. Todavía se usa hoy en día para entrenar a monjes zen. Es un lugar maravilloso para pasear y explorar, con acantilados de granito que se elevan por todos lados.
Explora más allá
Puedes visitar la zona fácilmente en un día desde Tokio o Chiba, pero si te sobra tiempo, no te olvides de explorar la península de Boso, en Chiba, y los numerosos jardines de flores de colores en la costa.
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