Museo de Arena de Nima 仁摩サンドミュージアム

Cuando el pequeño pueblo costero de Nima decidió construir un museo inspirado en las «dunas cantoras» de la playa de Kotogahama, lo más natural fue pedir al internacionalmente aclamado arquitecto Shin Takamatsu que lo diseñase, ya que nació en esta apacible localidad. Su diseño con un total de seis pirámides de vidrio llama la atención y atrae a los visitantes.

Se puede llegar al museo tomando la línea principal JR Sanin, un avión o bien un autobús y después caminar hasta allí.

Puedes acceder al museo a través del aeropuerto Hagi-Iwami desde Tokio, o bien subiéndote a un autobús exprés.

También está a 10 minutos a pie de la estación de Nima. Es imposible pasar por alto las enormes pirámides de vidrio que se elevan sobre el pequeño pueblo.

Mientras caminas por Kotogahama escucharás «cantar» de manera chirriante a la fina arena blanca, un fenómeno que se produce en pocos lugares de Japón. En el museo, se expone un reloj de arena que mide la duración de un año, además de esculturas de arena y arena de todo el mundo y de Japón.

La pieza central, colocada en las pirámides de vidrio, es el reloj de arena más grande del mundo.

Cada 31 de diciembre a las 23:55h, se le da media vuelta a este enorme reloj de arena para comenzar el año nuevo. Una tonelada de arena fina comienza a caer por una abertura de menos de un milímetro de ancho y transcurre un año completo hasta que el contenido cae por completo al fondo.

El museo ofrece una variedad de talleres prácticos, principalmente relacionados con el vidrio, y el gran parque y la zona de juegos de detrás del museo son estupendos para que los miembros más jóvenes de la familia se diviertan.

La siguiente parada de la línea es Kotogahama, una playa maravillosa con más de 1 kilómetro de fina arena blanca y rodeada de olas de un mar turquesa que te recordará a una isla tropical.

Paseando 5 minutos, al final de la playa puedes llegar a una bonita y angosta cala donde enviaban plata desde la cercana mina de Iwami Ginzan .