Un festival donde el tamaño importa
El Kanamara Matsuri de Kawasaki, a principios de abril, es uno de los festivales de primavera más concurridos de Japón. El festival cuenta con tres santuarios portátiles fálicos que son llevados alegremente, y ofrece una gran variedad de comidas y recuerdos con la temática de esta celebración.
No te pierdas
- La estridente procesión de los falos sagrados
- Comida y recuerdos estrafalarios con formas fálicas
Cómo llegar
El Kanamara Matsuri se celebra en Kawasaki , cerca en tren desde las principales estaciones de Tokio.
El santuario de Kanayama, el espacio que acoge al festival, se encuentra en los terrenos del santuario de Wakamiya Hachimangu, a 2 minutos a pie de la estación Kawasaki-Daishi de la línea Keihin Express Daishi. La estación de Kawasaki-Daishi está a unos 15–20 minutos de la de Yokohama. Desde Shinjuku se tarda entre 40 y 50 minutos en las líneas JR Yamanote y Keihin Express.
Descripción general
Tradicionalmente, los que ejercían la prostitución acudían a rezar para obtener protección contra las enfermedades de transmisión sexual. Hoy en día, el festival es conocido como un evento que lucha contrar el VIH
Conocido también como Utamaro Matsuri, en referencia a Kitagawa Utamaro, un artista que era famoso por sus obras de temática erótica
«Mara» en «Kanamara» significaba originalmente «obstáculo para la práctica budista», pero su significado ha evolucionado al eufemismo referido a los genitales masculinos
Un gran festival con un trasfondo histórico
Este acontecimiento, que se celebra todos los años en primavera, tiene lugar en el santuario Kanayama. Aunque sea un reclamo para los turistas internacionales en busca del lado más peculiar de Japón, su origen histórico es igual de fascinante que el espectáculo de hoy en día.
Deidades de la metalurgia
El santuario de Kanayama-jinja está dedicado a Kanayamahiko y Kanayamahime, las divinidades masculina y femenina que protegen la forja. Como tal, muchos herreros y empresas de metalurgia se encuentran entre los que rinden culto al santuario.
Veneración por la renovación
El Kanamara Matsuri comenzó hace varios siglos como una celebración en la que los trabajadores locales del sexo pudieran rezar para protegerse de las enfermedades y para renovarse.
Difundir la fe
En la actualidad, el festival es famoso por sus tres mikoshi, o santuarios portátiles con forma fálica, que los participantes llevan en procesión. Más que hacia la industria del sexo, la temática del festival ha ido evolucionando hacia un rito por la fertilidad en general, para un buen embarazo a término y prosperidad en el matrimonio.
En los años 80, los devotos comenzaron a rezar plegarias para protegerse contra el sida, momento en el que se inició la popularidad nacional de la que presume hoy el festival.
¡Firmes!
El punto álgido del festival es cuando los tres santuarios con los falos en erección son portados por las calles. El «Kanamara Boat Mikoshi» contiene un falo hecho de hierro negro.
Otro es «Elizabeth», de color rosa y donado por un club de drags de Asakusabashi y es un símbolo del festival.
El más antiguo de los tres, el «Kanamara Omikoshi», está hecho de madera.
Recuerdos para romper el hielo
Hay muchos objetos de recuerdo con la temática del festival disponibles a la venta. En el pasado, había hasta velas en forma de falo en una gran variedad de colores, caramelos, toallas, juguetes, chucherías y complementos. Igual hasta puedes encontrar comida con forma fálica, como rábanos daikon tallados.
Una ceremonia curiosa, pero también sagrada
Mientras que el Kanamara Matsuri es algo que se sale de lo habitual en Japón, los organizadores hacen hincapié en que hay que respetar el orden y la ley. Aunque raramente se producen altercados, hay guardias de seguridad a disposición para evitar acosos, actos impúdicos y otras conductas graves. Es importante no olvidar que, aunque el festival tiene un lado divertido, también tiene otro sagrado.
Si pasas por aquí, haz una parada en el amplio complejo del templo Heikenji Kawasaki Daishi.
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