Isla de Fukue (Fukuejima) 福江島

Si buscas buen tiempo y playas espectaculares, no busques más. La isla Fukue es la más extensa y septentrional de las islas Goto , y se encuentra a pocas horas en barco de Nagasaki.

La isla Fukue es famosa por su buen clima, las fantásticas playas, su exquisito marisco y la frondosidad de la zona. Es uno de los destinos vacacionales por excelencia entre los habitantes de Kyushu .

A la isla Fukue, se accede por mar o aire.

El medio más utilizado es el barco. Desde el puerto de Nagasaki se puede tomar un jet o un ferri. Ir en jet resulta más caro, pero solo se tarda 1 hora y 45 minutos. En ferri, se tarda tranquilamente entre 4 y 5 horas, dependiendo de las condiciones del mar.

En isla Fukue también hay aeropuerto. Hay vuelos directos desde los aeropuertos de Fukuoka y Nagasaki. Se tarda entre 40 y 30 minutos respectivamente.

Las islas Goto, alejadas de la isla principal de Japón, eran refugios para los cristianos que se escondían. En el siglo XVI, muchos de ellos huyeron de Nagasaki hasta estas islas.

Cuando en 1873 se levantó la prohibición del cristianismo, los fieles empezaron a construir iglesias en las islas Goto. 13 de estas iglesias se construyeron en la isla Fukue, y la mayoría aún se conserva.

Imochiura, que se alza al sur de la isla Fukue, es una de las iglesias más bonitas. El padre Peroud, un misionario francés, dirigió la construcción de la iglesia católica de Imochiura. También aquí se construyó la primera gruta de Lourdes de todo Japón.

La playa de Takahama es una de las preferidas, tanto de los turistas como de los residentes de la zona, por su inmaculada arena cristalina. Takahama puede presumir de tener una de las arenas más blancas y aguas más cristalinas de todo Japón; es uno de los principales destinos turísticos y una de las mejores playas del país.

También puedes admirar la belleza de esta playa en su máximo esplendor desde Gyoran Kannon.

Osezaki es el resultado de la erosión del mar, y una maravilla de la naturaleza. En lo alto del acantilado, se alza un faro sin nombre. El faro, un rayo de esperanza para quienes se encontraban en el mar, se utilizó hasta finales de la era Showa, en la década de los 80.

Las vistas del océano y los acantilados son espectaculares desde la cubierta y el mirador. También se puede ir en barco para contemplar los acantilados desde el mar.