Uno de los barrios chinos más grandes de Japón
El barrio chino más antiguo de Japón es un conglomerado de calles repletas de tiendas y restaurantes enclavado en una manzana en pleno centro de Nagasaki que ofrece un fascinante recorrido por la cultura de una de las primeras comunidades de inmigrantes de la zona.
No te pierdas
- La comida china reinterpretada según los gustos culinarios japoneses
- Las celebraciones del Año Nuevo chino, con un estallido de luz en el Festival de Farolillos de Nagasaki
Cómo llegar
Toma las líneas verde o azul de tranvía y bájate en Sinchi Chinatown. Desde ahí, ya se ve la entrada al barrio chino de Nagasaki.
Un longevo legado cultural
Junto con los holandeses, los chinos fueron los únicos mercaderes a los que se les permitió asentarse en Nagasaki durante el largo período de aislamiento al que se sometió el país y que duró desde el siglo XVII hasta finales del siglo XIX. Con una comunidad de más de 10 000 habitantes en la época de mayor auge de la ciudad, la cultura china ha sido una rica influencia cultural en Nagasaki, un legado que aún sigue latente en la actualidad.
Un maravilloso ejemplo es el Festival de Farolillos de Nagasaki , que comenzaron a celebrar los residentes de Sinchi Chinatown para festejar el Año Nuevo chino. Este evento, de obligada visita y famoso por su alumbrado de vivos colores que transforma el paisaje de toda la ciudad, es la mayor celebración de Año Nuevo chino de todo Japón.
Los guardianes de la entrada
Lo primero que se ve al llegar al barrio chino de Nagasaki son las enormes puertas rojas que delimitan este tranquilo barrio, ideal para pasear por sus evocadoras calles y descubrir sus templos y otros edificios de estilo chino.
Estas puertas, construidas por artesanos chinos con materiales procedentes de Fuzhou, tienen un guardián en cada punto cardinal: al este, un dragón azul celeste; al oeste, un tigre blanco; al sur, un ave bermellón; y al norte, una tortuga negra.
Abriendo el apetito
El barrio chino de Nagasaki, famoso por sus platos chanpon y sara udon de influencia china, es el mejor lugar para degustar estas especialidades locales. Otros manjares son el yori-yori, un dulce parecido al pan cuya masa se retuerce antes de pasar a meterla al horno. Si buscas algo más familiar, no dejes de probar el kakuni manju, unos panecillos al vapor rellenos de carne de cerdo estofada.
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